El compactador tipo canguro (también conocido como apisonador o pisón tipo vertical, de percusión, bailarina o saltarín) es una poderosa herramienta de impacto vibratorio alimentada por un motor de combustión. Puede aplicar una tremenda fuerza a la superficie del suelo en impactos consecutivos, nivelando y apisonando uniformemente los espacios vacíos entre las partículas del suelo para elevar su densidad seca, esto es, el peso de las partículas sólidas del suelo por unidad de volumen.

El compactador está diseñado para uso en áreas confinadas y es particularmente útil en la compactación de grava, arcilla cohesiva y suelos granulares, a fin de evitar los asentamientos y proporcionar una base firme y sólida para la colocación de zapatas, losas de hormigón y cimientos. También se utiliza en el parcheo sobre asfalto y el rellenado de zanjas abiertas para gasoductos, acueductos e instalación de cableado.

La fuente de energía de un compactador es el motor refrigerado por aire que, dependiendo del modelo, puede ser alimentado con gasolina o gasoil. La transmisión de la energía se logra incrementando la velocidad del motor para acoplar el embrague o clutch centrífugo y luego reduciéndola sustancialmente por medio de engranajes, por lo que el movimiento rotacional se convierte en movimiento recíproco (vertical).

 

En la parte de la herramienta donde se produce el movimiento ascendente y descendente hay un resorte (o bien, un sistema de resortes) lubricado y de alta resistencia, de manera que su fuerza y el peso del apisonador se combinan entre sí para desarrollar una poderosa fuerza de compactación en la zapata.

De esta forma, esta increíble herramienta tiene algunos cuidados de cual debemos tener en cuenta para obtener los resultados que tanto soñamos. ¡Toma nota!

LO QUE NUNCA SE DEBE HACER:

1. Incrementar la velocidad del motor por encima de la recomendada.

Esto no sólo no mejorará la eficacia del compactador, sino que el impacto será menor, porque en lugar de crearse un efecto compactador se origina una resonancia, con el consecuente daño a la unidad.

2. Utilizar la herramienta sobre terreno inclinado

Esto podría causar el desequilibrio, por ejemplo en cimentación sobre pilotes u orillas con pendiente empinada, ni tampoco sobre terreno firme, como asfalto o cemento.

3. Trabajar en lugares cerrados o con escasa aireación.

Esta condición no sólo provoca daños en el motor, sino que la combustión desprende monóxido de carbono, que es un gas letal.


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