Con más de 60 años a sus espaldas, el estilo industrial sigue tan fresco como el primer día. Ecléctico y atemporal, está más de moda que nunca. ¿Quieres conocer todas sus claves?
El look industrial aparece de la mano de las viviendas tipo loft, en la Nueva York de mediados del siglo XX. Se trataba de fábricas o almacenes abandonados transformados en espacios residenciales, totalmente (o casi) diáfanos, con techos muy altos y grandes ventanales.
Hormigón, hierro, cuero, madera sin tratar… Todos son materiales habituales de las construcciones fabriles que dan sentido al estilo industrial.
Desnudar la estructura de un espacio es un rasgo fundamental de este estilo. Paredes de ladrillo, tuberías vistas, vigas en el techo, columnas de hierro u hormigón… Los elementos estructurales son bellos, como demuestra este espacio de salón-cocina-comedor con la viga al desnudo.
Ni decapados, ni lacados, ni barnices. En el estilo industrial se prioriza el acabado natural de la madera, en su matiz más «bruto» y original.
Aunque en los espacios de estilo industrial originales el hierro era el metal por excelencia, en los más modernos el acero inoxidable también ha ido cogiendo terreno sobre todo en muebles de cocina, electrodomésticos y estanterías.
Los grandes ventanales típicos de las naves industriales son uno de los elementos más característicos del estilo. En este salón proyectado por la interiorista Marta Tobella, los amplios ventanales se han combinado con otros detalles de aire industrial, como la mesa de centro y las vigas.
Es uno de los rasgos que definen este estilo decorativo y una de las razones por las que resulta tan atemporal. Y es que pueden convivir sin estridencias una mesa de madera de aire rústico, con una lámpara industrial y unas sillas de rejilla de estilo retro, como ocurre en este acogedor comedor.
Palets reconvertidos en mesas de centro, muebles típicos de oficios industriales como esta preciosa cómoda, cajas de madera a modo de mesas de centro… El estilo industrial también se nutre de la reutilización y transformación de objetos y muebles en desuso para darles una nueva utilidad.
Las sillas Tolix de la imagen, las mesas con sobre de madera y patas de hierro, los sofás chéster tapizados de cuero, las mesas de centro con ruedas metálicas… Todas estas piezas son claves del estilo industrial.
El fenómeno de las sillas Tolix se extiende a los taburetes. Suelen ser piezas apilables y ligeras y se pueden elegir en distintos colores para lograr uno u otro efecto en cocinas yoffices. Fíjate en la alegría que aportan a esta cocina.
Blancos, grises, beiges… ¡y negro! Y es que para lograr un look industrial, el negro no puede faltar. Úsalo como color de contraste si no quieres darle un protagonismo demasiado excesivo, como se ha hecho en este baño.
Las grandes lámparas de metal, las bombillas vistas, los focos de cine o de estudio de fotografía… Todas ellas tienen cabida en el estilo industrial, creando espacios con mucha personalidad. ¿Con cuál te quedas?