El templo de la Sagrada Familia empezó a edificarse en 1882 en un solar del nuevo Ensanche de Barcelona. Concebida para ser la construcción más alta de la ciudad, Antoni Gaudí proyectó la basílica de Sagrada Familia dotándola de 18 colosales torres que cumplen el objetivo de vincular lo terrenal con lo celestial.
El arquitecto empleó todo su genio creativo para convertir el templo en una biblia de piedra.
1. ¿POR QUÉ SE INICIÓ SU CONSTRUCCIÓN?
Los cambios de hábitos a causa de la Revolución Industrial y el paso de unas costumbres rurales a una vida urbana, produjeron una gran crisis espiritual. Para combatirla, el clero español comenzó una febril actividad misionera por parte de numerosos eclesiásticos de la época, decididos a recuperar la fe perdida de millones de ciudadanos.
La fundación de la Asociación de Devotos a San José en 1866 fue una de las reacciones de la Iglesia ante esta situación. El hecho de que en 1878 la asociación contara ya con medio millón de afiliados animó a su creador, el librero y filántropo Josep Maria Bocabella, a comenzar la construcción de un templo expiatorio dedicado a la Sagrada Familia y sufragado con las aportaciones de los fieles.
2. GAUDÍ NO FUE EL PRIMER ARQUITECTO
Josep María Bocabella encargó el proyecto de la Sagrada Familia a Francisco de Paula del Villar, el arquitecto diocesano, que se había ofrecido a trabajar sin cobrar. Sin embargo, en 1883, apenas un año después del inicio de las obras, Del Villar renunció a dirigir el proyecto debido a sus diferencias con Bocabella y su principal asesor, el arquitecto historicista Joan Martorell.
Tras la dimisión de Del Villar, Bocabella ofreció la dirección de obras a Martorell, su asesor, pero éste declinó la oferta y recomendó a su más aventajado discípulo: un joven arquitecto de 31 años llamado Antoni Gaudí.
3. GAUDÍ DIRIGIÓ LA OBRA DURANTE 43 AÑOS
Antoni Gaudí se hizo cargo del proyecto de construcción de la Sagrada Familia en 1883 y permaneció43 años como director de las obras, hasta su muerte en 1926.
El arquitecto compaginó la construcción del templo con sus otros proyectos, hasta que en 1914 decidió no aceptar más encargos y dedicarse en exclusiva a la Sagrada Familia hasta su fallecimiento. Esos 43 años le sirvieron para comprender que su proyecto podía alcanzar lo que durante siglos no habían conseguido los arquitectos que le precedieron: construir un templo perfecto.
4. ¿POR QUÉ LA ALTURA DE LA SAGRADA FAMILIA ES DE 172,5 METROS?
Gaudí quería convertir la Sagrada Familia en un vínculo entre la tierra y el cielo, recuperando el ansia de verticalidad que habían perseguido las catedrales medievales.
Quería construir el edificio más alto de Barcelona y así ideó el cimborrio de Jesús, el elemento que culmina la basílica con 172,5 metros, para que se elevase sobre todas las construcciones civiles de la ciudad. Pero a la vez quiso impedir que una obra realizada por el hombre superase a la de Dios, y por ello la mantuvo por debajo de la montaña barcelonesa de Montjuïc.
5. ¿CÓMO SE CONSIGUIÓ EL REALISMO EN LAS ESCULTURAS?
A fin de que las esculturas tuvieran el máximo realismo gestual, Gaudí utilizaba personas, muñecos e incluso esqueletos como modelos, que mandaba fotografiar para servir de modelo a los escultores.
Llorenç Matamala fue el jefe de los escultores del templo y el autor de muchos grupos escultóricos de la fachada, como los Ángeles trompeteros o la Inmaculada Concepción.
6. POR QUÉ EL INTERIOR DE LA SAGRADA FAMILIA POSEE COLUMNAS ARBÓREAS
Gaudí se propuso reinterpretar el estilo gótico para simbolizar una estrecha conexión entre lo celestial y lo terrenal a través de la altura y la luz. Para ello los muros debían albergar grandes ventanales y, por lo tanto, no debían ser utilizados para soportar el peso del edificio.
Fue así como llegó a la solución de las columnas arbóreas, un sistema vanguardista y nunca utilizado hasta el momento, en donde las cargas se van transmitiendo a través de las ramificaciones de las columnas hasta llegar al suelo.
7. GAUDÍ ERA UN GRAN DEVOTO DE LA VIRGEN MARÍA
La fe cristiana de Gaudí creció de manera exponencial durante los 43 años en los que se encargó de dirigir las obras de la Sagrada Familia. Sin embargo, ya desde muy joven tenía una devoción especial por la Virgen María.
Por ello, el arquitecto decidió consagrar a la madre de Jesús todo el conjunto del ábside de la basílica, que incluye la torre de María, el ábside y la capilla de la Asunción. En contraposición consagró las siete capillas interiores de la cabecera del templo a san José, por deseo expreso de Josep María Bocabella, promotor de la obra.
8. El ÁBSIDE ESTÁ LLENO DE ESCULTURAS DE REPTILES
En una propuesta muy atrevida para las costumbres religiosas del siglo XIX, Gaudí mandó colocar sobre los muros exteriores del ábside multitud de esculturas de reptiles y anfibios, considerados animales de categoría inferior.
Las esculturas cumplían una triple función: decorativa, ya que su gran tamaño los hace visibles desde la calle; funcional, por su utilidad para evacuar el agua como ocurre con las gárgolas; y simbólica, ya que desde la antigüedad son seres relacionados con el mal y al estar colocados hacia abajo simulan huir del poder místico de los símbolos que remantan las torres de Jesús y María.
9. UN CLAUSTRO A PRUEBA DE RUIDOS
Gaudí revolucionó el concepto de claustro para añadir nuevas utilidades a sus fines tradicionales: amortiguar el ruido que procedía de la calle y permitir la celebración de procesiones a lo largo de sus pasillos porticados.
El arquitecto diseñó el claustro de la Sagrada Familia como un corredor porticado rectangular cuyos cuatro lagos se corresponden con las tres fachadas y el ábside. A pesar de tratarse de un espacio cerrado, y pese a la ausencia de jardín, la iluminación natural está garantizada gracias a los ventanales y los rosetones que se abren al exterior en cada uno de los módulos.
10. ALGUNAS ESCULTURAS ESTÁN HECHAS POR EL PROPIO GAUDÍ
Antoni Gaudí reservó la culminación del pórtico para representar el Árbol de la Vida. El arquitecto mandó coronar la escultura del árbol (un ciprés), con 21 palomas blancas de alabastro y un pelícano que alimenta a sus crías, un símbolo eucarístico.
Al pie de este Árbol de la Vida podemos encontrar las esculturas de ángeles portadores del pan y el vino, uno de los pocos conjuntos escultóricos moldeados por el propio Gaudí.
