Una guía de trucos caseros para hacer que los meses más cálidos sean un poco más llevaderos
Aprovecha las horas de baja temperatura
Prepara el entorno para el verano
Si cuando aprieta el calor no vestimos igual que cuando las temperaturas están bajo cero, ¿Por qué no hacemos lo mismo con nuestra casa? El verano es la época en la que tenemos que sustituir elementos y materiales de la decoración por otros más frescos y preparados para el bochorno imperante. Es el momento, por tanto, de guardar alfombras y cortinas gruesas, y sustituirlas por materiales más frescos y de tonos claros. También en la ropa de cama, sustituyendo tejidos gruesos por otros más livianos como el lino.
Las plantas son tus aliadas
Para lograr absorber el calor y hacer que el entorno sea un poco más fresco, nada mejor que nuestras amigas vegetales. Una enredadera en un balcón, por ejemplo, resguardará nuestra pared de los rayos solares. En el interior, plantas como el helecho nos ayudan a mantener una temperatura más uniforme y a purificar el aire.
Cambia las luces de casa
Las bombillas convencionales desprenden calor, además de consumir gran parte de la energía en esa función que, en verano, debemos evitar a toda costa. Las bombillas LED, además de un considerable ahorro de energía, no contribuirán a aumentar una temperatura ya de por sí alta. En especial, en lugares como el dormitorio, en el que necesitamos que los grados no aumenten para poder conciliar el sueño.
Encuentra la persiana perfecta
Las ventanas son un elemento clave en nuestra batalla contra el calor. A través de ellas recibimos gran parte de la temperatura que entra en nuestro hogar (hasta un 30%) y, también gracias a ellas podemos resguardarnos de él. Contar con unas persianas que nos protejan durante las horas de más sol es fundamental, pero algunas nos ayudarán más que otras. Las persianas VELUX de última generación pueden conseguir reducir la temperatura de una habitación hasta en un 92%. A un mayor aislamiento le añaden una oscuridad total para que la protección sea mayor, además de resultar igualmente útiles en invierno para mantener el calor dentro de casa.
Evita utilizar electrodomésticos innecesariamente
Muchas veces, dejamos aparatos encendidos o en reposo durante buena parte del día, algo que contribuye a generar calor. Televisores y ordenadores conectados y funcionando no hacen sino aumentar la temperatura, además de generar un gasto energético innecesario. Desconecta los aparatos cuando no los estés usando y racionaliza su uso. Por ejemplo, al cargar un teléfono móvil durante más tiempo del que realmente necesitas. Tu entorno te lo agradecerá.