En esta ocasión, también se suma la pandemia, que ocasiona crisis financiera “que ocasiona alta inflación, volatilidad o una tasa de interés mayor, por lo que comprar una casa es utilizado como refugio ya que permite blindarse ante peores choques macroeconómicos”, agrega el experto.
Hacerlo representa un episodio importante debido a la cantidad de dinero que se debe desembolsar. Al cierre del tercer trimestre del 2021, el precio de la vivienda hipotecada fue de 1 millón 350 mil pesos en promedio, indica la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF).
Por lo que para tomar una decisión de manera más segura, hay varios elementos que se deben tomar en cuenta.
Sobre todo en la Ciudad de México hay zonas altamente sísmicas, lo que puede ser riesgoso para las edificaciones en caso de terremotos, por lo que el primer consejo de Honorato Carrasco, presidente de la CAM SAM es, además de acompañarse de un profesional, delimitar la zona en la que se busca el inmueble y revisar el tipo de suelo.
“Esto no quiere decir que en las zonas de alta sismicidad existan necesariamente problemas de origen. Las estructuras se diseñan para responder a esos efectos, pero hay que validar justamente que también en ese sentido la propia edificación”, dice el arquitecto.
En este sentido, los inmuebles deben tener cualidades que permitan tener la certeza de que son un lugar seguro. Uno de los elementos a simple vista que se pueden revisar, es que no se ubican en sitios de riesgo, como laderas o barrancas en donde hay inestabilidad.
En el propio inmueble, se debe revisar que no haya afectaciones históricas como grietas, hundimientos u otras fallas visibles.